Renunciar, o no, a la soltería. Esa es la cuestión

Llegar a vivir solos, sin tener a nadie que nos mande, probablemente fue y sea el sueño de muchos de nosotros, pero qué pasa cuando encuentras al amor de tu vida (o al menos eso era lo que parecía, hasta que se casaron), y tienes que empezar a compartir tu hermoso espacio, ese al que podías llegar a la hora que quisieras, sin que nadie te estuviera cuestionando nada. Bueno, hay algunos afortunados que encuentran a la mujer ideal para ellos, pero a la mayoría, como todo en nuestra vida, elegimos mal.

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Y aquí es cuando nuestra vida cambia, da un giro de 180° y si antes tenías algo de estabilidad económica, despídete de ella porque no lo verás en mucho tiempo, empiezas a darte cuenta quién es realmente tu esposa, y todo lo que habías planeado pasa a segundo plano, porque ahora tus prioridades son otras. No los quiero asustar, todo depende de cómo tomemos las cosas, pero puedo decir que, si bien no se arrepienten, muchos Godínez dejan de hacer muchas cosas. Conforme pasa el tiempo se darán cuenta, cuando su baño comience a parecer justo así:

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Ustedes pueden hacer de sus vidas lo que quieran, pero piensen mejor las cosas; después de eso vienen los hijos, y de eso jamás podrás huir; disfruten de todas las cosas a las que tienen derecho los Godínez, y destruyan sus vidas mucho tiempo después.

@AgendaGodinez

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