Todos somos diferentes, lo que a unos les gusta o no le toman importancia, a otros nos fastidia, nos saca de quicio o simplemente nos pone de mal humor. Como seres humanos somos sociables por naturaleza, y en nuestro entorno laboral tenemos que convivir con todo tipo de personas, queramos o no.
Pero tal parece ser que no todos entienden que existen ciertas “reglas” o “normas” no escritas, pero que son sabidas por todos y el que no las lleves a cabo pueden hacerte acreedor a una reputación no muy agradable e imposible de borrar.
Aquí les comparto algunas conductas indeseables y/o despreciables. Si no quieres ser el que incomoda a todos en la oficina, evita hacer lo siguiente:
- No critiques a tus compañeros enfrente de otros compañeros, con la secretaria, con el personal de limpieza, con nadie. Lo más seguro es que termine siendo un chisme.
- Demuestra tu educación. A nadie le agrada una persona que llega sin saludar y no conoce las dos palabras mágicas “por favor” y “gracias”.
- No lleves tus problemas personales a la oficina. Créeme cuando te digo que lo más seguro es que a nadie le interese un comino lo que esté pasando contigo, y desquitar tus frustraciones, lejos de solucionar tus conflictos solo hará que los demás quieran estar lo más alejados posible de tu presencia para que no les amargues el día.
- Es probable que pienses que tienes el mejor gusto musical del universo entero y quieras compartir ese gran conocimiento con tus compañeros, pero la cruda realidad es que a los demás no les va a gustar tú música. Por favor, lleva tus audífonos.
- Si pides prestado algo es con “v” de “vuelta”, siempre regrésalo o te ganarás la fama de ser el que se clava las cosas.
Como ven son cosas muy sencillas pero increíblemente aún existen demasiadas personas que carecen de sentido común, y simplemente tenemos que recordarles que sus conductas son desagradables.