Entre nosotros hay niveles, así es amigos, ¿han escuchado ese famoso refrán que dice?: “hasta en los perros hay razas”. Bueno, pues aquí definitivamente no es la excepción, y esto claramente se puede apreciar los viernes, ese día en el que no desaprovechamos la oportunidad para salir a comer, fuera de nuestro hermoso lugar de trabajo.
Es por eso que, siempre que salimos a comer, vemos que hay grupitos en cada puesto o local de comida, y si está cerca un parque aún mejor, o como lo quieran ver. Están los Godínez con traje y gafete a los que, prácticamente, ni los puedes voltear a ver porque ya sienten que estás invadiendo su espacio; hay otros más relajados y son los que no les importa comer donde sea, se sienten felices por estar afuera y convivir sanamente, pero siguen hablando del trabajo. Hay un grupo en particular que hacen, literal, un picnic en el pasto, y si se apuran hasta pueden darse el lujo de tomar una siesta de 15 minutos.
Al parecer, un nuevo mundo se abre ante la oportunidad de comer fuera, porque eso también implica saber quién eres, dependiendo de a dónde elijas comer, eso sí, un Godínez jamás presta dinero a otro para pagar la comida, cada quien lo suyo y que se las arreglen como pueda, eso está en el código del buen Godín, esas pequeñas reglas que, simplemente, jamás se rompen y la razón de eso es que lo llevamos en nuestros genes.