Este es un tema complicado para algunos, y cotidiano para otros, pero todo Godín se ha visto entre la espada y la pared, cuando hay que entregar un reporte, un balance, una presentación (que son prioridad), o simplemente trabajar, y ese partido del mundial, selección o la Champions; ¡esos malditos partidos que, pase lo que pase, tienes que verlos por que estarán jugando Messi, Cristiano Ronaldo y, si tenemos suerte, el Chicharito!
Desde una semana antes empieza toda una planeación. Imaginan todos los posibles escenarios que se puedan presentar y cómo los pueden librar de la mejor manera, sin que el “Licenciado” se entere. Yo sé que ya tenemos estrategias para más de tres situaciones, además, claro, que ayuda qué tipo de jefe tengamos, pero aun así nuestra inteligencia queda expuesta, y será comparada con las de los demás Godínez. Es aquí cuando ganas el respeto de tus compañeros, te conviertes en el Godínez al que todos recurren, cuando se trata de esquivar al “Licenciado”.
Pero no se engañen, que todo es risas y diversión hasta que el partido se acaba y te das cuenta que en realidad perdiste dos horas (valiosísimas), que jamás volverán y, en el peor de los casos, darán como resultado un: “Mi amor, que no me esperen los niños, hoy me quedo hasta tarde, es que hay mucho trabajo”.
Amigos, me despido, recuerden que la clave es ir un paso más allá, y también prever el final de nuestro plan maestro para no quedarnos casi llorando en la oficina, que a esas alturas ya no sabes ni lo que estás haciendo.