Hoy en la mañana lo único que veías eran personas con una cara de gran sufrimiento, a punto de empezar a llorar, y la razón es muy simple, esas personas tenían una cosa en común: iban a trabajar.
Así es, mientras unos seguían aún dormidos, todos los demás nos tuvimos que despertar a las 5:30, maldiciendo a todo y a todos, esto es absolutamente injusto amigos. Si todos trabajamos, entonces a todos nos tienen que dar los mismos días festivos, es más, tenemos que ir de la mano con las escuelas; ¿qué pasa con esos padres que no pueden pasar el tan famoso e importantísimo tiempo de calidad con sus hijos? Por eso es que debemos de hacer de esto algo más equitativo, ¿no creen? Mientras unos siguen en Acapulco (el destino por excelencia de todo buen Godín), asoleándose, nosotros seguimos con este pinche “color oficina” y eso es totalmente injusto.
Pero nuestro futuro seguirá siendo el mismo y, mañana, mientras todos regresan, nosotros no experimentaremos ese sentimiento de tristeza por dejar la playa. Nosotros estaremos odiando a esas personas, pero con el consuelo de saber que regresan para unirse a nosotros, y todo volverá a la normalidad, porque hasta septiembre es el próximo puente. En fin, aquí me despido y les aconsejo que alejen ese odio de sus corazones Godínez.