Cinco karmas del Godínez promedio

Sólo un Godínez en estado puro, entenderá la insatisfacción que deja el esfuerzo sin recompensa, la vida injusta y el cansancio sin sentido, todo oficinista vive un infierno a diario, que termina en un incontrolable estrés, hay que aceptarlo, pareciera que la vida no favorece a los trabajadores, se les ve siempre insatisfechos, muchos de ellos son víctimas del karma que los castiga dentro de su oficina, hoy aprenderás de los cinco incontrolables karmas que todo Godín tiene que enfrentar; si aún no los experimentas algo estás haciendo mal.

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La comida más deseada

A la oficina siempre llevas comida que, por lo regular es muy común y con falta de creatividad, el guisado que preparó tu mamá el domingo y que, por no gastar, tienes que comértelo, pero ponte a pensar, cuando llevas comida especial, esa en la que piensas desde que llegas a tu trabajo, y cuentas las horas para comértela, pero cuando al fin llega la hora pueden pasar dos cosas: la primera es que alguien se la haya comido y la segunda, que por la inmensa fila del microondas, no puedas calentarla como quieres.

El baño de la muerte

Cuando estás en la tranquilidad de tu oficina y de pronto te traicionan tus necesidades básicas, sales corriendo para entrar al baño y resulta que está ocupado, regresas rápidamente después de un rato, justo cuando escuchas la puerta sonar pero te llevas la sorpresa que está ocupado de nuevo, esto es el juego de la muerte.

La maldición de la quincena

Una de las peores y más comunes cosas que le suceden a cualquier Godín, es tener una cartera devora billetes, si eres de aquellos Godínez a los que les pagan en efectivo, te darás cuenta que, de un día para otro, pueden irse, fácilmente y sin que te des cuenta, de 300 a 500 pesos; es un enigma que nunca podremos resolver.

Dinero por esfuerzo

Como Godínez debemos buscar “la chuleta” a como de lugar, y una de las cosas que puede darnos unos pesos extra es el bono de puntualidad, cuenta la leyenda que sólo pocos han logrado obtenerlo, nadie sabe cómo es, pues el complot que tiene el transporte público contra nosotros, cada que salimos de la casa, es imposible de evadir.

¡Es un clon!

Algo que suele pasar mucho en las oficinas es que, entre compañeros confundan el tupper; como se lo compraron a la chica de contabilidad, por catálogo, todos se parecen, suele pasar que ya sea por aprovechados o por confundidos, al final del día hay un Godín que termina con dos tuppers y uno que se queda sin el suyo.

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@agendagodinez

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