Como en todas partes del mundo, el 14 de febrero, millones de personas intercambian ramos de rosas, cajas de bombones y tarjetas con mensajes románticos.
Esto es algo que se da también en nuestras oficinas, pero esto puede ser riesgoso, ya que afectaría nuestra vida laboral, por eso aquí te dejamos una lista de lo que se puede y lo qué no, hacer en el lugar de trabajo ese día.
Buscar novi@ express en la oficina. Lo sabemos, tu familia y amigos meten demasiada presión para que encuentres novi@, pero eso no justifica aventurarte a la “caza” de pareja en la oficina. Una buena idea sería armar una salida entre amig@s para ir por unos drinks en la noche. Eso te dará mayor libertad, sin comprometer las relaciones con tus compañeros de trabajo.
Autoenviarse flores. Aunque lo trates de ocultar, siempre se notará cuando esa docena de rosas no tienen remitente. Empodérate y que no te preocupe “el qué dirán”. No caigas en las exigencias sociales. Si no has necesitado novi@ en todo el año, tampoco lo requieres ese día.
Competir con tus compañer@s en el “a quién le enviaron más regalos”. Suena a película de Adam Sandler, pero es un escenario común que los escritorios se conviertan en mostradores de papelería (sin límite de capacidad).
Regalar cosas a tus compañeros (y sobre todo, cuando solo los conoces de vista). ¿Para qué gastar tu dinero en gente que ni siquiera sabe tu nombre? Aunque la intención sea socializar, puede ocasionar todo lo contrario. Las interacciones en un espacio de trabajo son inexplicables y peligrosas, lo mejor es mantenerse al margen. Sólo obsequia presentes a quienes realmente conozcas y estimes.
Evidenciar tu esnobismo. Si no te gusta San Valentín, “vive y deja vivir”. No arruines a las demás personas su felicidad (por muy comercial y frívola que la consideres). Esto aplica también para las personas que recién terminaron una relación: ¡no arruines el “amor en el aire” con tu sufrir!