En nuestros días las mujeres además de ser madre y ama de casa se han convertido en profesionista, teniendo que conjugar ambos roles, varias son las políticas que intentan avanzar hacia la igualdad de oportunidades, principalmente en el ámbito laboral.
Muchas empresas están jugando un papel determinante en el contexto de la mujer de hoy, haciendo que aquellas que son madres profesionistas, no se topen con obstáculos para encontrar posiciones para emplearse o para equilibrar los asuntos profesionales y los familiares, enfrentando incluso la discriminación salarial.
La búsqueda de la equidad de género es un factor fundamental en sociedades en vías de desarrollo; en México el esfuerzo que se ha hecho para ofrecer las mismas oportunidades laborales a hombres y mujeres ha generado cambios benéficos, en la cuestión del desempeño de los roles, que se habían establecido durante décadas.
La visión moderna de igualdad promueve el respeto a cualquier individuo, sin importar su género, raza o religión, lo que ha abierto nuevos caminos de respeto y convivencia, con la intención de establecer una ruta bien trazada hacia el progreso de las organizaciones y de las naciones.
Es difícil para cualquier madre mezclar los horarios de trabajo con el tiempo que quisieran dedicar al cuidado y educación de sus hijos, por lo que si se pretenden abarcar ambos aspectos, se deben tomar en cuenta algunas medidas como una mejor administración del tiempo en el trabajo, la elección de un empleo que brinde facilidades para estar con los hijos y consigo misma, entre otras.
Algunas empresas han hecho esfuerzos para facilitar el desenvolvimiento laboral de las madres, así como para aprovechar al máximo el talento de las mujeres y brindarles todo el apoyo que requieran. Para conseguir esto, se han implementado nuevas prácticas como los horarios flexibles, incapacidades extendidas, guarderías, etcétera, con la finalidad de que todos los miembros de la organización puedan desarrollar su potencial, sin impedimentos. Este tipo de prácticas ha motivado que las mujeres puedan dedicar tiempo a su desarrollo profesional, logrando así que muchas de ellas aspiren a conseguir puestos más altos, cuestión que ha modificado directamente la percepción que se tiene, sobre el talento de las mujeres dentro de las organizaciones.
En la medida que la equidad de género se convierte en una realidad, el nuevo panorama trae consigo algunos retos para las mujeres, como el hecho de que su formación académica, en ocasiones, deberá tener un mayor nivel que el estándar o ser necesariamente especializada, además de que tendrá que contar con fundamentos competitivos integrales para hacer frente a la demanda laboral habitual. Esto no significa que el camino a la equidad de género siga siendo un obstáculo inamovible para las mujeres, sino que, cambiar antiguos prejuicios e ideas, toma tiempo y las mujeres deben estar preparadas para ello, teniendo las aptitudes suficientes, tanto académicas como profesionales.