Todos los empleados que llegan a trabajar jornadas nocturnas, en su generalidad y con el tiempo van dañando su bienestar, ocasionando trastornos de sueño, depresión, cáncer, etcétera. En nuestro país no existe algún tipo de regulación para este modelo laboral, salvo el número de horas para este tipo de turnos.
Las personas cuyo horario de labores es nocturno, presentan con mayor rapidez daños físicos y emocionales en su salud, la primera alteración del trabajo nocturno, es que rompe con el ciclo natural biológico, afecta los ritmos que rigen actividades como el sueño, el sistema cardíaco, gastrointestinal y circulatorio.
La ansiedad es uno de los síntomas que se presentan al trabajar en este turno, pero no es el único ni el más grave que puede presentar un empleado, cuando cumple horarios de este tipo. Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud, dice que esta actividad podría ser clasificada como probable causante de tumores.
Se dice que la aparición de tumores se debe a que la producción de la hormona melatonina, tiene lugar en el cerebro durante la noche, después de que el organismo estuvo expuesto a la luz diurna.
Existe la tendencia, entre algunos trabajadores nocturnos, de tomar antidepresivos, analgésicos y estimulantes, que van del café, refrescos y cigarros, hasta consumir drogas y alcohol.
Además, se le suman trastornos alimenticios, pues es frecuente que las personas en este horario, en lugar de consumir jugo de naranja, ingiera café muy cargado o comida picante, en lugar de frutas y verduras.
El estar despiertos en horarios en los cuales deberíamos estar durmiendo, afectan emocionalmente a los trabajadores, quienes van desarrollando ansiedad, depresión, frustración, irritabilidad y en ocasiones se vuelven violentos.
Ese tipo de actitudes, que se van formando, afectan la vida social y familiar de la persona, dejan de convivir porque el trabajador necesita dormir, normalmente en el horario en que todos los demás están despiertos, lo que, en determinado tiempo, se convierte en un factor de inadaptabilidad.
En algunas regiones de América Latina ya se cuenta con esfuerzos para reglamentar el trabajo nocturno, sin embargo, en México, aún no se habla del asunto.
La UNAM con ayuda del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica, desarrolló una prueba llamada «Escala mexicana de desgaste ocupacional», la cual mide la salud en los profesionistas, para identificar el tipo de estrés, entre otros factores, esta prueba no está limitada a los trabajadores nocturnos, pero sí los incluye.