Las necesidades del trabajo cambian constantemente, en estos tiempos difíciles nos dimos cuenta que no necesitamos espacios de trabajo específicos, sino adaptables. A partir de esta idea nacen las oficinas flexibles, que se caracterizan por contratos mensuales, es decir, así como puedes ocupar la oficina durante años, también puede ser por periodos cortos.
El término “oficina flexible” describe a los espacios de trabajo que se adaptan a las necesidades del inquilino en cuanto ubicación, tamaño, mobiliario y servicios. Dentro de los beneficios que ofrecen se encuentran: oficinas bien equipadas, salas de juntas, oficinas virtuales, unidades arrendadas, subarrendadas y talleres, así como entornos de trabajo gestionados. Las oficinas flexibles permiten que la empresa elija dónde quiere estar y cuánto tiempo.
Una oficina de este tipo incluye todo lo que necesita una empresa para gestionar su negocio. Tienen internet, muebles, número telefónico, dirección en ubicaciones prestigiosas y pueden ser ocupadas de manera inmediata. El inquilino decide cuántos escritorios y espacios necesita.
El pago de estos espacios va en una factura mensual que incluye los servicios, de modo que sea más fácil para el inquilino archivar y pagar de manera directa. Los contratos se renuevan cada mes, lo que evita que haya gastos extras y papeleo adicional.
¿Estás listo para esta nueva tendencia?

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