Los culpables de afectar nuestra salud laboral suelen ser los revestimientos sintéticos, alfombras plagadas de ácaros, iluminación deficiente o incorrecta, y por supuesto, el sistema de ventilación.
Un factor que impacta nuestra salud es el clima artificial de muchas oficinas y centros de trabajo, algunos expertos aconsejan tener el aire entre 23 y 24 grados en invierno, y entre 22 y 23 en época de calor, el grado de humedad ha de situarse entre el 30 y 60%, si llega a ser más bajo se resecan las mucosas, y si es más alto se favorece la aparición de gérmenes en los sistemas de ventilación, el sistema de aire acondicionado debe estar diseñado para que haya una renovación constante.
Ahora hablemos de la silla. No es muy saludable pasar mucho tiempo en la silla, investigadores han constatado que estar mucho tiempo sentando incrementa la longitud de los telémetros, que son estructuras que protegen el ADN, cuando se acortan por debajo de una determinada longitud las células interrumpen su ciclo celular y dejan de regenerar tejidos, lo que se relaciona con dolencias como diabetes, obesidad y problemas cardíacos.
Cuando pasamos mucho tiempo sentados, sin levantarnos más de cuatro horas de la jornada, la contracción muscular mantenida, ocasiona la compresión continua de los vasos sanguíneos, provocando que el músculo no reciba el aporte de oxígeno y glucosa necesarios, lo que dificulta la eliminación de residuos celulares y provoca un nivel de fatiga, que obliga a interrumpir la tarea.
Por cada 40 o 50 minutos en posición sentada, al menos 10 minutos debería realizarse alguna otra tarea de pie o caminando, es importante seguir esta recomendación, para evitar que aumente la probabilidad de sufrir trastornos músculo-esqueléticos en cuello, espalda dorsal y zona lumbar, así como padecer problemas de circulación sanguínea, tales como cardiovasculares y várices.
Uno de los elementos que más preocupa a los profesionales de la salud, es el incremento de los trastornos psicosociales vinculados a las nuevas situaciones de estrés y presión laboral, por satisfacer las exigencias de la vida moderna. En declaraciones recientes se afirmaba que la crisis económica tiene efectos nefastos para muchos trabajadores.