¿Alguna vez han tenido la sensación de que su jefe se aprovecha de su nobleza? Si su respuesta fue un rotundo sí, es momento de que consideren hacer valer sus derechos, o por lo menos que respeten su integridad profesional.

Les dejamos algunas señales, muestras de abuso en su contra.

Se espera que trabajes siempre en horarios extendidos (!SIN PAGA!). Si bien existen ciertos momentos en los que debemos trabajar un poco más, sin considerar  más pago, también ocurre que, a pesar de tener un horario establecido en un contrato, nos quedemos horas extra, sin paga, y que aparentemente no lo notamos porque son gajes del oficio. Está bien quedarse una o dos veces para ayudar o reducir la carga de trabajo del día siguiente, pero si esto se vuelve recurrente y no hay paga, es momento de hacer una revisión. ¡Mucho ojo!, cuates.

Estás cubriendo dos o más posiciones. A todos no ha pasado que hacemos el trabajo de dos o más personas, extra a nuestras responsabilidades, esto puede tener varias connotaciones, pero laboralmente solo tiene una: «te están explotando». Aumentar la carga de trabajo para contratar a alguien más, o anexar las responsabilidades de alguien, porque «tienen la capacidad de hacerlo» son muestras de abusos que no deberían existir. Si esto es parte de su día a día, deber reclamar un aumento de sueldo o un ajuste de actividades, acorde con lo que ganan. ¡No se dejen!

Tu jefe espera que seas su amigo. Las amistades entre jefes y empleados, puede ser contraproducente, ya que tienden a ser mal vistas por el resto de sus compañeros y generar rencillas. Si notan que su jefe comparte información personal o tiene un trato más empático con ustedes, duden en responder. Cuestionen la autenticidad de su amistad, porque tal vez solo buscan tener una especie de infiltrado entre los empleados y eso demuestra una falta de ética profesional.

Nunca reconoce tus méritos. Un jefe que reconoce los avances y méritos, siempre alienta al desarrollo y productividad de sus empleados; pongamos en claro que no todo merece una fiesta y tampoco es que deban hacerlo en público; aquellos que no lo hacen o minimizan los esfuerzos de sus subordinados, generan un mal ambiente de trabajo. Por si fuera poco, no hacer y exigir resultados, son muestras de que sólo busca su propio beneficio.

Tu jefe no te toma en cuenta. Esto puede generar controversia, pero apeguémonos al tema laboral. Un jefe que solo toma nota de la opinión de unos cuantos, en decisiones que han de afectar a todos, y evita consultar a otros, demuestra una falta de ética y respeto para quienes trabajan a su lado. Si bien las relaciones entre jefe y empleados no pueden ser todas satisfactorias, el ignorar a ciertos partícipes del equipo, merma la cohesión de éste, y por tanto puede hacer que el trabajo no se cumpla. ¡Su opinión cuenta más de lo que creen!

¿Les ha pasado algo así?

@agendagodinez