La curiosa contraparte de las “renuncias silenciosas” son, precisamente, los despidos silenciosos, sin embargo, no es algo imposible de descifrar ni con lo que lidiar.
Para poner en contexto todo, las renuncias silenciosas como contraparte suceden atendiendo a un patrón de trabajo conocido en el mundo Godínez como del “mínimo esfuerzo”, es decir, sólo hacer lo justo y provocar que paulatinamente los jefes se den cuenta de esta cuestión de productividad y tomen cartas en el asunto.
Se dice que esto es la contraparte de los despidos silenciosos, ya que también obedecen a esta lógica, es decir, asignar sólo el trabajo necesario, sin asignar tareas especiales o extras, e incluso, podrá parecer que el jefe ignora al trabajador.
Además de esta estrategia silenciosa para terminar una relación laboral con alguien que ya no aporta a la empresa, sino que resta, se suman otras más antañas, por ejemplo, no dar aumentos de sueldo, ni promociones, o dárselas a empleados casi al azar, utilizando una retórica sin sentido para justificar los ascensos.
Pero no se preocupen, godilectores, si están en este caso siempre existe la alternativa de hablar con los jefes de forma civilizada, o mejor aún, que su trabajo hable por sí mismo.
Es decir, en vez de solamente quejarse u obedecer al “designio” de los dioses Godínez y renunciar, sean más atentos con las tareas laborales, den más que sólo el mínimo, y demuestren con su actitud que sí pueden sumar a la empresa.
Si no, siempre queda la alternativa de renunciar y buscar un empleo mejor, todo dependerá de lo que ustedes busquen en el momento, no se olviden que si un trabajo ya no está funcionando o aportando algo positivo a sus vidas, también se vale decir adiós.
Fuentes:
El Sol de Puebla, “Despido silencioso, ¿qué es y cómo se puede detectar en el ambiente laboral?”, [Fecha de consulta: 13/09/2022]. En:
Xataka, “Primero llegó la ‵renuncia silenciosa′. Ahora ha llegado su venganza: los ‵despidos silenciosos′”, [Fecha de consulta: 13/09/2022]. En:
Agenda Godinez 