La gente nos señala, apunta con el dedo, murmura a nuestras espaldas… ya nos dejó el camión por estar recordando una canción bastante feita, éxito de finales de los 70’s y principios de los 80’s, pero no nos desviemos del tema, el paquete «Godínez» incluye burlas por tu vestimenta, otras más por llevar tus tuppers, y sumen más por pasar más  tiempo en el transporte público que en la vida. Si lo vemos de ese modo, ser un oficinista no tiene nada bonito, pero existen razones por las debemos sentirnos orgullosos de nuestros tuppers con división, y esa habilidad sobrehumana de siempre entrar en un vagón del Metro y salir vivo.

Hablemos del porqué estar orgulloso de ser Godínez.

El dinero no es problema. No decimos que nos sobre, pero podemos decir que tenemos asegurado nuestro pago, recuerden que cada cierto tiempo podemos ver en nuestra cuenta bancaria un depósito a causa de nuestro trabajo. Así que vivir con la expectativa de tener dinero, nunca es problema. ¡Ser Godínez y con quincena es chido!

Tenemos amigos por montón. Trabajar en una oficina nos da la oportunidad de conocer personas de distintas partes de la ciudad, e incluso de otros estados, personas que comparten una meta con todos: llegar al día de pago y no morir en el intento. De la convivencia nace la amistad y por supuesto el amor también. ¡Godínez unidos jamás serán vencidos!

Somos la especie que mueve al país. Piensen por un momento: ¿quién hará el reporte de ventas de alguna empresa, para que los analistas revisen y vean en qué falla, corregirla y hacer que la empresa venda más y por ende, conseguir dinero para todos? Nosotros los Godínez tenemos un papel importante en el desarrollo del país, tanto que pasamos de ser simples oficinistas a formar nuestro propio gremio, con usos y costumbres. ¡Los Godínez dominaremos el mundo!

Las prestaciones. Una de las ventajas que tenemos sobre el resto de la fuerza trabajadora es que tenemos prestaciones de ley, seguro médico, fondo de ahorro, etcétera, que nos permiten despreocuparnos de algunas cosas y que nos dan seguridad para seguir adelante, por el contrario de las personas que tienen negocios propios o trabajan de freelance, quienes no cuentan esas atenciones. ¡Juntos somos más!

Vivimos al límite. Nuestra vida bien puede ser arco de una película de cualquier tipo, desde un drama por llegar a tiempo a la oficina y seguir con nuestra vida amorosa, pasando por la acción de una persecución entre una persona y un coche en movimiento, hasta la intriga y terror que causa el regaño de un jefe, o que no depositen la quincena. Sin dejar de lado la felicidad y motivación que sentimos cuando alguien reconoce nuestro trabajo, y que somos parte de algo más grande que un simple cubículo. ¡Ser Godínez es rete bien chido!

Si estas razones no les son suficientes para levantar el pecho y seguir adelante –con cuidado porque muchos ya nos chingamos la rodilla– entonces voltea detrás, abajo, a un lado, al otro o arriba, seguro que van a encontrar la razón por la que deben salir a trabajar.

@agendagodinez