Los Godínez somos considerados una clase guerrera, únicamente conocemos lo difícil que puede llegar a ser la vida, cuando las cosas se salen de nuestras manos y aun así encontramos una solución para salir adelante, en el día a día.
Un claro ejemplo son esos momentos que seguramente todos los Godínez hemos pasado en algún instante de nuestra vida, y que enfrentamos para sobrevivir un día más con orgullo.
Una de las peores desgracias que todo Godínez puede sufrir, es perder el tupper, no porque sea su tesoro más preciado, sino porque ese día no tendrá que comer, por lo que tendrá que gastar el poco sueldo que gana en comprar comida rápida.
Si eres de los Godínez agraciados porque cuentas con un vehículo, uno de los problemas que probablemente sufrirás, son los percances automovilísticos, cuando te toca un accidente de este tipo, es claro que no podrás llegar temprano a la oficina, aunque ese día hayas salido de tu casa a buena hora, y lo peor de todo es que perderás tu bono de puntualidad.
Al llegar a la oficina, cuando quieres guardar tus tuppers en el refrigerador, notas que toda la sopa se cayó sobre la lonchera, por lo que, además de tener que lavarla, ya no comerás lo suficiente, y seguramente comprarás algo en la tiendita de la esquina, afectando tu salud y economía.
Una de las tragedias más comunes, que te hacen perder el bono de puntualidad, es cuando no suena la alarma del despertador, por lo que tendrás que sacrificar el desayuno para poder llegar lo más rápido posible a la oficina, para que no te descuenten el día, y al no haber desayunado estarás pensando en la hora de la comida, y tu concentración no será la misma.
Estás en la oficina, después de la hora de comida, y de pronto llega a ti ese dolor descomunal en el estómago, sales corriendo al baño, te sientas y haces tus necesidades, pero ¡sorpresa!, no hay papel de baño, en estos casos tendrás que perder la pena y mandarle un mensaje a algún compañero tuyo, para pedirle apoyo.
Algo muy común por lo que sufrimos todos los Godínez es no tener dinero al final de la quincena, ya que acabar ésta con un mínimo de $200 en la cartera sería un milagro de Dios.
Todas estas tragedias son las que vivimos los Godínez; por ahí dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y como ejemplo estamos nosotros.